Por Daniel Lee
El Gobierno de Estados Unidos activó este sábado el operativo migratorio “Charlotte’s Web”, un despliegue federal que confirma la decisión de la Administración Trump de llevar su guerra migratoria directamente a ciudades de mayoría demócrata.
Charlotte, Carolina del Norte —una de las urbes más diversas del sur del país— se convirtió en el primer escenario de esta ofensiva que combina narrativa de “seguridad pública” con un uso políticamente calculado de las fuerzas federales.
La operación comenzó oficialmente en Charlotte con agentes de la Patrulla Fronteriza desplegados en zonas urbanas, pese a que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no ha aclarado cuántos efectivos participan ni cuántas detenciones se realizaron en la primera jornada.
El único argumento público es la existencia de 1,400 órdenes de detención migratoria pendientes, cifra utilizada para justificar una intervención que reproduce el modelo ya aplicado en Los Ángeles y Chicago durante los últimos meses.
Tricia McLaughlin, secretaria asistente del DHS, aseguró que la medida busca “remover amenazas a la seguridad pública”, mientras repitió el discurso oficial sobre “criminales extranjeros ilegales”. Sin embargo, como ha ocurrido en operativos anteriores, el Gobierno federal no ha presentado datos verificables que respalden una amenaza real que amerite este tipo de despliegues.
Apenas comenzaron los arrestos, se desataron protestas en el centro de Charlotte. Organizaciones locales, residentes y activistas denunciaron detenciones violentas y un operativo diseñado para sembrar pánico más que para aplicar la ley con proporcionalidad.
Carolina del Norte alberga a un millón de inmigrantes, más del 20% de ellos de origen mexicano. Para estas comunidades, la presencia repentina de agentes federales en espacios cotidianos —incluyendo estacionamientos y zonas comerciales— profundiza el clima de intimidación.
La líder del Partido Demócrata estatal, Anderson Clayton, acusó directamente al Gobierno federal de abuso de poder:
“La Patrulla Fronteriza e ICE están arrestando y robando a miembros de la comunidad de las calles de Charlotte. Donald Trump es el responsable de esta atroz acción”.

El Ayuntamiento de Charlotte y el Condado de Mecklenburg advirtieron que las operaciones están generando “miedo innecesario e incertidumbre” entre residentes, una señal de ruptura institucional frente a Washington.
Un patrón que ya incluye Los Ángeles y Chicago
“Charlotte’s Web” se suma a operativos federales recientes en Los Ángeles (junio) y Chicago (septiembre), ambos acompañados de arrestos masivos y denuncias por uso excesivo de la fuerza, incluyendo incidentes en los que agentes dispararon contra personas durante detenciones migratorias.
Esta escalada confirma una estrategia: usar a la Patrulla Fronteriza como brazo de choque en ciudades demócratas, un movimiento que politiza aún más la aplicación de la ley y tensiona las relaciones entre gobiernos locales y la Casa Blanca.
En los primeros 250 días de esta nueva administración, Estados Unidos ha deportado cerca de 400,000 personas, mientras el DHS proyecta expulsar 600,000 migrantes en el primer año de Trump. La cifra confirma una política migratoria basada en volumen y espectáculo, donde el objetivo es demostrar fuerza antes que construir soluciones sostenibles.
“Charlotte’s Web” envía un mensaje inequívoco:
la maquinaria federal está dispuesta a operar sin transparencia, sin coordinación local y sin freno político para cumplir la promesa de la “mayor deportación en la historia”.
Mientras tanto, las comunidades migrantes de Charlotte —como las de Los Ángeles, Chicago y Nueva Orleans— enfrentan un ambiente de miedo sistemático, incertidumbre jurídica y un aparato federal que continúa priorizando la fuerza sobre el derecho.
Así las cosas…
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