Por Luis Sunderland Méndez
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24 octubre de 202
En cualquier plática que se tenga con personas de distintas profesiones u ocupaciones, algunos se expresan razonablemente sobre cómo estará México en los próximos seis meses, otros prefieren decir que todos los políticos son iguales y que nuestra situación no tiene remedio.
Tiene lógica, ellos no quieren responsabilidad y prefieren voltear la cara. Todo esto es un gran error, si ahora la situación está a punto de ser insostenible, dentro de muy poco tiempo será imposible vivir con el nuevo sistema político que es inoperante, indolente, farsante, corrupto y, peor aún, totalitario.
Lo único que le faltaba a la autoridad es decirnos: “háganle como quieran”, y ya lo hicieron con la exoneración de Adán Augusto, las bravatas de Fernández Noroña, o con solo escuchar a los gobernadores de Veracruz y Puebla, ¿qué se puede esperar de ellos? Ya hay denuncias de que las despensas para los damnificados se las están guardando para darlas en la próxima campaña de Morena.
La presidente evade el tema y pone no la cara, sino su careta, cuando se ve obligada a mencionar el tema. Los 78 fallecidos y los 23 desaparecidos para ella no están en el olvido, simplemente nunca existieron.
Lo que siento con López y Sheinbaum, no recuerdo haberlo sentido con ningún otro presidente. Su descarada burla, porque para ellos todos somos borregos. Por ejemplo, el miércoles 22, la presidente aseveró que no hay nuevos impuestos, “que solo se trata de una actualización de impuestos que no habían existido”. Hágame usted el favor.
Los refrescos, bebidas azucaradas, sueros con electrolitos, videojuegos, entradas a las zonas arqueológicas, museos, permisos y trámites migratorios y, el colmo, cuentas de ahorro, que ya casi imposibles de tener, pagarán impuestos. El gobierno está quebrado, necesita dinero. México es ya uno de los países más caros en el mundo. Si no se ve eso, es porque se es millonario, a la sombra de Morena.
Sheinbaum está desesperada, no tiene fondos para seguir regalando los 850 mil millones de pesos al año en los programas del Bienestar a su clientela electoral, tiene que sostener al Tren Maya, Dos Bocas, el AIFA y Mexicana de Aviación, barriles sin fondo. No importa que nuestra economía esté estancada con una deuda histórica e insostenible para el 2026, llegará a 20.3 billones de pesos, 53% del PIB.
Su misión es recaudar fondos que le permitan a Morena ganar en el 2027 las intermedias y después el 2030.
Toda la 4t tensa el ambiente aún más, la corrupción es descarada, ya no guardan las apariencias, la sociedad empieza a cansarse de todo esto, o como ya se dijo, prefieren no enterarse. El paradigma que tuvimos por años de la izquierda y derecha desapareció en casi todo el mundo, y ahora son los totalitarios populistas como Maduro, Cannel o Sheinbaum, incluso Trump y Milei, que pueden ser progresistas o conservadores; afortunadamente todavía hay quienes respetan las libertades de la sociedad que los llevó al poder y que se podrían ubicar como demócratas o centristas, como el canadiense Mark Carney o la Primera Ministra Jacinta Arden que renunció a su cargo por principios políticos, cuando era y sigue siendo la líder más respetada y admirada del mundo.
Lo que realmente asusta es que la 4t nos está dejando en las manos de sus aliados y financiadores conjuntos: las fuerzas armadas y el crimen organizado. El reciente crimen del líder de los productores limoneros de Michoacán, Bernardo Bravo Manríquez, es la prueba de que las autoridades solo actúan cuando los hechos se virilizan en las redes sociales y los medios de comunicación.
Cada día aumenta el hartazgo, y a pesar de eso, Sheinbaum no pudo tapar que Andy y Bobby López, socios de Jorge Amílcar Olán Aparicio, miembro prominente del cártel de Tabasco, habiendo incumplido con la entrega de medicamentos desde junio, goza de un nuevo contrato por más de 23 millones de pesos.
La principal tarea de Sheinbaum es cuidar al “capo di tutti i capi”, porque ella es miembro de esa banda. ¿Qué más prueba quieren ver? continuó con el desmantelamiento de todas las instituciones. El inquilino del 1600 de la avenida Pennsylvania en Washington D.C. y el que está muy enojado, que vive en Palenque, la tienen muy presionada.
Una cosa es segura, ella no está al mando.
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