Cierre del ciclo escolar, motor de la economía formal e informal

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Orlando Linares

Concluye el ciclo escolar 2022-2023, hecho que para miles de estudiantes significa avanzar en sus procesos de formación, orientación a nuevas metas, consecución de sueños y procurar un mejor desarrollo en lo académico, lo profesional, lo laboral y lo personal.

El cierre del ciclo escolar, desde nivel preescolar hasta universitario, siempre da paso a la convivencia emotiva protagonizada por estudiantes, docentes, padres de familia y autoridades, quienes (entre actos solemnes, discursos y felicitaciones) hacen recuento de anécdotas, anhelos, alegrías, tristezas, consejos, buenos deseos, retos por venir y, sobre todo, la reiteración de que la superación es la mejor herramienta para los individuos y para la sociedad.

Todo esto, en medio de un dinamismo económico motivado por el festejo de los recién graduados, porque en México igual honor merece celebrar a quien concluye Preescolar, Primaria, Secundaria, Bachillerato, Licenciatura o Posgrado, así, es una virtud hacer trascender y aclamar el esfuerzo y el deber cumplido.

Con la clausura del fin de cursos, el receso académico (vacaciones para los estudiantes) y el inicio del siguiente ciclo escolar, cada escuela, desde el nivel preescolar hasta el universitario -sin importar si es en la comunidad rural más pequeña o en los centros escolares de las grandes ciudades-, se reitera como un eje fundamental para la comunidad a la que pertenece y como centro de atracción y desarrollo de actividades que detonan o impulsan la economía e intercambio comercial, desde lo local hasta el nivel internacional.

Recordemos que, de acuerdo a cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP), al inicio del ciclo escolar 2022-2023 la matrícula de estudiantes ascendió a 34 millones 960 mil 796 (24 millones 479 mil 952 Educación Básica, el resto en Educación Media Superior y Superior), todos ellos atendidos por un total de dos millones 148 mil 324 docentes, quienes dan clases en 266 mil 32 planteles de educación básica, media superior, superior y normales.

Considerando que, para el primer trimestre de 2023, el volumen de la población en México es de 129 millones (tres millones más que la población registrada en el Censo de Población y Vivienda de 2020), según datos dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el marco del Día Mundial de la Población, celebrado el 11 de julio de cada año, y sin considerar el abandono escolar, aproximadamente uno de cada cuatro mexicanos son estudiantes o realizan actividades dentro de las aulas.

Esa es la magnitud del potencial de la escuela, como institución, para dinamizar la economía del país.

Más allá de que al interior de cada aula se materialice el derecho constitucional y humano a la educación para cada mexicano; dentro y fuera de las escuelas se desarrollan diversas actividades que representan un potente motor que mueve a la economía, tanto formal como informal.

Es indudable que, el sistema educativo nacional, además de su gran tamaño, la diversidad de su oferta de educación y el abanico de oportunidades tiene en cada escuela una célula que propicia la movilidad e impulsa la economía de las personas en sus comunidades.

En estos días, tras el reconocimiento que las autoridades de la SEP hicieron mediante su boletín de prensa 142, al compromiso y “la importancia de concluir un año de arduo trabajo en beneficio de niñas, niños, adolescentes y jóvenes”, las aulas cierran sus puertas y se abre el periodo vacacional a los estudiantes; con ello un espacio de tiempo que bien puede ser aprovechado por maestros y alumnos para reforzar aprendizajes o aprender cosas nuevas más allá de los contenidos escolares. Enhorabuena, una felicitación para cada uno de los nuevos graduados.

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