Con todo y la reducción presupuestal, 300 mil millones parece una cantidad monstruosa de dinero, pero en proporción a las necesidades del estado y la exigencia de la población quizás no lo sea

Oscar Glenn / @OscarGlenn

Más allá de la buena voluntad que han expresado quienes encabezan los poderes Ejecutivo y Legislativo del Estado de México, de la cordial relación y las optimistas expectativas, llega el momento de transformar todo eso en buenas estrategias —por principio financieras— para diseñar un paquete presupuestal eficaz y suficiente para sortear el complicado panorama que se avecina para nuestra entidad, luego de las decisiones que se tomaron en el paquete presupuestal federal, con disminución de recursos asignados a estados y  municipios

De esta manera, ya se prevé que las participaciones y aportaciones que recibirá el Estado de México para el siguiente ejercicio disminuyan cerca de 22 por ciento con respecto a lo autorizado este año, con un monto final de 219 mil millones de pesos, con lo cual el presupuesto de la entidad apenas y podrá llegar a los 300 mil millones de pesos.

Con todo y la reducción presupuestal, parece una cantidad monstruosa de dinero pero en proporción a las necesidades del estado y la exigencia de la población que ronda los 10 millones de habitantes y sigue creciendo, por ello será definitorio que los funcionarios a cargo muestren su genialidad y ayuden a superar el escollo.

Según lo ha señalado, el diputado coordinador de los morenistas en el Congreso mexiquense, Maurilio Hernández González, ante la inminente reducción en el gasto federalizado una opción es compensarlo con una mayor captación de recursos propios.

Este año se tuvo un monto arriba de 270 mil millones de pesos de participaciones y aportaciones, y en total reunieron 356 mil millones de presupuesto, ya con los consabidos impactos de la disminución del parámetro poblacional tras el censo del INEGI. Ahora deberán optimizar 219 mil millones.

¿Cuál es la alternativa viable? Mejor recaudación, más ahorro y austeridad, todo ello sin poder sacrificar los rubros fundamentales de programas y acciones establecidos por ley, así como las obligaciones salariales, que dejan poco margen de maniobra, o recurrir a la contratación de deuda.

Aumentar la base de contribuyentes para recaudar más es una necesidad desde hace tiempo y se avanza con lentitud porque es una alternativa impopular, lo mismo que insinuar siquiera implementación de nuevos impuestos.

Queda entonces ser más eficaz recaudando lo vigente, revisar y reducir beneficios y subsidios, actualizar bases de cálculo de obligaciones actuales seguro se está valorando, para malestar del contribuyente cautivo.

En el Poder Legislativo habrá que esperar cómo manejan la situación ahora que se han cambiado los roles y los opositores al proyecto morenista, aunque cordiales, podrían interponer objeciones a nuevas deudas o variantes recaudatorias que afectaran a la población, ya sea por convicción o por el costo político que implica y que ningún partido quisiera tener que pagar.

Deberemos también observar si idean alguna fórmula en la que otorguen herramientas fiscales al Ejecutivo para aumentar recaudación y en ese sentido, con todo y lo interesante que pueda ser, disminuir beneficios a empresas o sepultar por ejemplo la propuesta tricolor de aumentar el valor de referencia de los autos que pueden ser beneficiarios del subsidio a la tenencia. Los contribuyentes además tendremos que ser muy escrupulosos en el cumplimiento para evitarnos problemas.

Para completar el cuadro, las posibilidades de que el gobierno estatal suministre apoyo financiero e inicie proyectos en los municipios que también verán reducido el presupuesto proveniente de la Federación, tendrán que replantearse, revisar condiciones y reducirse a su mínima expresión para que también lo vayan calculando, e igual, eficienten sus mecanismos de recaudación o de generación de alternativas de ingreso.

Otra opción no descartable sería que la buena estima y adecuada gestión de la gobernadora lograra suministros de recursos adicionales a discreción del presidente para iniciar proyectos o extender programas, lo cual en un año electoral resulta además muy conveniente.

Son tiempos de que emerja el talento. Veremos quienes ponen la muestra. ¡Vale!

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