Estudiantes eliminan el conformismo a través del Multiverso
Orlando Linares Foto de Sanjay Dixit
Bastan segundos para que nuestra mente pase de una idea a otra o que mantengamos la atención en ambas e incluso alternar otras ideas y/o acciones. Así de diverso y dinámico es el conocimiento y la concentración mental del ser humano.
En el ámbito de la vida cotidiana infinidad de cosas ocurren sin darles atención; en lo social un sinnúmero de situaciones subsisten y transcienden para responder a necesidades específicas en lugares, para muchos, inimaginables.
Reconocer y contribuir a su difusión, este espacio retoma lo que para la comunidad científica es un término teórico que postula la existencia de múltiples realidades o universos distintos al nuestro, es decir el multiverso o también llamados universos paralelos.
El potencial de talento de niños, adolescentes y jóvenes puede contribuir, a revertir lo imposible y, al apartarse de prejuicios, destruir las barreras del conformismo y la resignación.
En el mundo académico este hecho sigue siendo motivo de debate; para el entorno sociológico, puede considerarse como multiverso social, donde se hace referencia a la coexistencia de múltiples realidades sociales y culturales que se perciben de manera diferente por individuos y grupos.
En ese contexto, a pesar de que los discursos políticos y programas de gobierno –del ámbito federal, estatal o municipal- se vanaglorien de un utópico bienestar, con solo recorrer alguna calle, camino, avenida o cualquier carretera, es posible ver la realidad de pobreza en la que viven muchas familias y, lamentablemente, duele darse cuenta que la mayor afectación es para niños y adolescentes.
De acuerdo a la medición de la pobreza en México, 51% de niñas, niños y adolescentes crecen en esta condición, de ellos, 4 millones viven en pobreza extrema, es decir, sin recursos que garanticen su bienestar y sin conocer sus derechos para acceder a servicios de salud, a una nutrición adecuada o a una educación de calidad. En este contexto, estos mexicanos en formación, corren mayor riesgo de vivir en pobreza si pertenecen a hogares indígenas, habitan en localidades rurales, algún miembro de su familia tiene alguna discapacidad o el jefe o jefa de familia tiene un nivel bajo de escolaridad.
Esta imagen muestra el fondo cósmico de microondas, la luz más antigua del universo, emitida poco después del Big Bang. Esta barrera marca el límite del universo observable, aunque los científicos han elaborado algunas teorías sobre lo que puede haber más allá.
FOTOGRAFÍA DE IMAGE COURTESY WMAP, NASA
A pesar de ello, en medio de esas condiciones adversas, muchos niños y adolescentes, con pocos recursos han demostrado un gran potencial, talento, creatividad y conocimientos para hacer propuestas de solución que transformen su lacerante realidad, la de su familia y, en consecuencia, contribuyen a mejorar sus comunidades.
Muestra de ello podemos referir a la niña que hace unos meses construyó un calentador solar con materiales reciclables; ocurrió en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde la tasa de pobreza supera el 75%, la población en su mayoría es indígena y, a pesar de su riqueza natural, gran parte de las personas no tienen agua potable en sus hogares; por este hecho la infante fue premiada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que, a través del Instituto de Ciencias Nucleares, reconoce y honra anualmente a las mujeres que contribuyen a la innovación científica en el país.
En otra de zona del país, también con alta pobreza, el Valle del Mezquital en Hidalgo, tres estudiantes del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos de la entidad, inspirados en técnicas nativas de la región, han logrado purificar el agua con nopal, planta que abunda en la región.
En Orizaba, Veracruz, estudiantes de la carrera de Robótica del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), realizan la adaptación de autos para que puedan ser manejados por personas con discapacidad, el primero de ellos fue un taxista con limitación motriz en las piernas a quien le facilitaron el manejo de su unidad, que representa su fuente de ingresos y sustento de su familia. Esta acción ya la replican hacia otras personas para quienes el auto asegura su movilidad ayuda sobre ponerse a su discapacidad.
En la UNAM, una estudiante de Ingeniería Industrial diseñó una lavadora que no necesita detergente ni suavizantes y funciona con gas de ozono, su objetivo es disminuir el consumo de agua y apoyar a las regiones que no cuentan con abasto suficiente del vital líquido, dicho proyecto se implementó en comunidades indígenas de Chiapas; en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), dos estudiantes de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, crearon una cama inteligente con diferentes posiciones ergonómicas y diversos sistemas para potencializar la relajación del usuario y disminuir el estrés, padecimiento que afecta a gran parte de la población y disminuye su calidad de vida; en la Universidad Panamericana, alumnos crearon el primer exoesqueleto funcional de Latinoamérica, lo que les permitirá ayudar para que personas con discapacidad motriz o lesiones medulares, puedan caminar de nuevo.
Mucha labor queda para las instituciones educativas, las organizaciones civiles y la sociedad en general, a fin de garantizar los apoyos necesarios que materialicen los proyectos que no solo transformen los entornos donde crecen los niños y jóvenes, sino que reinventen su forma de vida y consoliden los puentes para el logro de sus sueños.
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