Ricardo Burgos Orozco

Desde el año pasado me han estado mandando el video de una hermosa paloma, que camina tranquilamente entre los usuarios de la estación Ermita, de la Línea 2, que va de Taxqueña a Cuatro Caminos. Se supone que la grabación, publicada en redes sociales, se tomó en agosto de 2023 y en ella se ve al ave transitar por los pasillos de ingreso, bajar las escaleras, pisar en los andenes sin cruzar la línea amarilla y ahí termina cuando curiosamente parece esperar el tren.

Desde hace meses que me enviaron el video no hice mucho caso porque pensé que era un montaje y la palomita realmente no estaba en el Metro, pero analicé las tomas y no se ve falso; incluso cuando baja las escaleras dos personas que pasan a un lado se le quedan mirando y quien narra en Tik Tok pide a una señora no la vaya a pisar.

La visita de palomas en las estaciones del Metro en los años recientes ha sido constante, tanto que se ha convertido en un problema para las autoridades ya que sus heces fecales provocan problemas serios en las vías, en algunas ocasiones causan hasta cortos circuitos, obstruyen los desagües de las techumbres y generan corrosión de las instalaciones. Eso hace que se retrasen los recorridos de los trenes para molestia de miles de pasajeros; de por sí cada vez son más frecuentes las saturaciones de usuarios por la falta de mantenimiento.

Las palomas domésticas, esas que vemos en las estaciones del Metro, en los parques, en los jardines, están clasificadas en 47 géneros y 173 especies en todo el mundo. Aunque son muy bellas y no parecen de peligro, representan un riesgo para la salud pública; son fuente de diversas infecciones virales y bacterianas, de enfermedades por contaminación de materia fecal, que afecta principalmente los pulmones.

Por eso, en el Metro se han tratado de erradicar de diferentes maneras. Una de ellas que encontraron hace tiempo fue la utilización de otra ave, el halcón, también conocido como “Águila de Harris”. Este animalito hace que las palomas se ahuyenten y prefieran irse a acomodar en otros lugares.

El Metro informó que desde 2019 ha utilizado esta estrategia con buenos resultados en estaciones como Portales y Ermita, de la Línea 2; también en Impulsora, Olímpica, Oceanía y Ciudad Azteca, de la Línea B, y de la Línea 12 en Culhuacán, San Andrés Tomatlán, Lomas Estrella, Zapotitlán, Tlaltenco y Tláhuac. Las águilas Harris no le hacen daño a las palomas, sólo las espantan; dicen los veterinarios que son sus enemigos naturales.

Es cierto que las palomas son aves muy bellas y hay que tratarlas bien, pero en el Metro causan muchos problemas. Por supuesto, hay que respetarlas, cuidarlas y no hacerles daño. Para someterlas al orden para que no se conviertan en una plaga está el Águila Harris.

Quien lo pensaría.

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