La Geografía y su reto: generar mejores perspectivas de vida
Redacción de México Político
Con motivo del 80 aniversario del Instituto de Geografía (IGg) se dio a conocer que ha contribuido a la creación de entidades y sedes en Morelia, Mérida y Oaxaca, además de establecer un geoparque, el Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra y, recientemente, del Laboratorio Aéreo K’usam. Por si fueran pocos estos hitos, el IGg fue el primero en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en ser dirigido por una mujer: Rita López de Llergo.
El Instituto es el centro de investigación básica y aplicada más importante del país, ya que ha fortalecido la investigación interdisciplinar con perspectiva geográfica y compromiso social, como el riesgo de desastres y la planeación territorial y urbana, el ordenamiento ecológico y el cambio climático y sus efectos, la gestión integral de los recursos naturales, las migraciones internas e internacionales, los problemas urbanos, el transporte y la movilidad, según señala María Teresa Sánchez Salazar, investigadora del Departamento de Geografía Económica.
El IGg tiene grandes éxitos en diferentes rubros, por ejemplo, ha generado ya dos Atlas nacionales y uno más saldrá este año; también ha editado la obra Geografía de México, el inventario nacional forestal, el Geoparque Mixteca Alta, y todos los trabajos hechos durante la pandemia por Covid-19, entre algunos de sus proyectos estrella.
Por otra parte, también hay proyectos que utilizan grandes infraestructuras tecnológicas como el Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra, el laboratorio binacional iSTAR, el Laboratorio Aéreo K’usam; y próximamente el Laboratorio de Impactos Naturales y Antrópicos sobre el Territorio.
La nota principal de Gaceta UNAM consigna, además, que actualmente poco más de 50 por ciento de los institutos, de los subsistemas de la Investigación Científica y de Humanidades son dirigidos por mujeres, lo que ha sido una conquista a cuentagotas, pero de lo que “debemos estar todos muy orgullosos”, señala el rector Enrique Graue Wiechers.
Graue también manifiesta que el IGg “ha sabido reinventarse, rejuvenecer, incorporando nuevas tecnologías como la percepción remota, la fotografía aérea y los estudios con drones”. Mientras que William Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica, señala que representa un “puente entre el conocimiento literario, científico, humanístico; una herramienta indispensable para ubicarnos en el mundo: saber dónde estamos parados y, por lo tanto, tener conciencia de hacia dónde podemos y debemos movernos, de qué se puede y qué no; y por dónde es más fácil pasar física y mentalmente”.
El trabajo del IGg puede definirse en razón de que “la geografía mexicana no puede entenderse sin esta entidad universitaria”, pues es clave para la generación de nuevo conocimiento, de acuerdo con Manuel Suárez Lastra, director de este instituto, ya que permite entender la distribución de fenómenos físicos, sociales, económicos y culturales, y cómo interactúan en el territorio, explicó.
Por medio de la geografía, abunda, podemos tener una cabal comprensión de los riesgos de desastre y los fenómenos meteorológicos, geomorfológicos o hídricos que pueden representar amenazas, lo que significa que “con nuestras investigaciones, a la solución de problemas nacionales de la más alta importancia”.
Otro de los aspectos relevantes es la comprensión y la relación entre unos y otros de fenómenos como urbanización, movilidad o el transporte; también la migración, la minería, la alimentación, el envejecimiento, la historia del paisaje, la actividad turística, los suelos, el agua, la vegetación, la industria, los servicios y el geopatrimonio, entre muchos.
Y como el futuro ya está aquí, un aspecto muy interesante de esta disciplina es que estará mediada por los avances tecnológicos: técnicas de percepción remota cada vez más precisas y extendidas, y la incorporación de herramientas de programación e inteligencia artificial, lo cual se confrontará con problemas añejos como desigualdad, pobreza, injusticia espacial y el despojo, que se combinarán con las consecuencias del cambio climático, la urbanización extendida, el agotamiento del suelo y el envejecimiento de la población, según Naxhelli Ruiz Rivera, investigadora del Departamento de Geografía Social.
El reto de los geógrafos será la utilización de la geotecnología con toda la conciencia de sus implicaciones en la sociedad, de manera que no sea una vía para excluir y profundizar las desigualdades entre personas y regiones; por el contrario, que contribuya a generar mejores perspectivas de vida de las personas, los animales y en los ecosistemas, asevera Ruiz Rivera.
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