Luis Sunderland

@LouSunderland

16 de junio de 2023

Un viejo refrán dice: “En política, lo que parece que es, es”. Nunca he sabido si es cierto; desde que Salinas de Gortari nos recetó su “Política ficción” dejé de entender que tanta verdad hay detrás del dicho. Como en México casi todo es diferente a otros países, concuerdo más con el también dicho popular de que “Si Kafka fuera mexicano, sería un escritor costumbrista”. Veamos por ejemplo a López Obrador, todos los días el señor en su sermón matutino, esconde con éxito el verdadero estado en el que se encuentra el país. Utiliza magistralmente múltiples recursos y con una desfachatez  sorprendente.  Sus seguidores se fascinan con él y lo toman como la verdad y nada más que la verdad. Lo que pasa en la vida real, pareciera que a nadie le importa, su mitomanía logra distraer la atención no solo de sus feligreses, sino de los que están contra él y con una habilidad que es digna de estudio científico; establece una conexión comunicacional tan efectiva que pareciera no haber en México algún político que lo iguale (por el momento). Las recientes elecciones en el Edomex y Coahuila nos mostraron otra muy preocupante realidad. El abstencionismo fue impresionante. A la gente simplemente no le importó quien triunfara. Lamentable que una minoría apareció en las casillas. Llegué a pensar que después de vivir las dos concentraciones de la sociedad civil para defender al INE y para apoyar a la Corte, el voto del día 4 llegaría al 65 por ciento de electores. Bueno, acepto que mi percepción era errónea. Los que vemos que la 4t está destruyendo el camino que México necesita para el siglo XXI, sufrimos un duro revés que espero no sea preámbulo de lo que vendrá el 2024. Lo que queda de los tres partidos políticos que conforman la alianza Va Por México, quedaron tendidos en la lona y lo peor es que da la impresión de que no se han enterado o no les importó mayormente, porque al final de cuentas, harán lo que les dé la gana. Y no solo ellos, todos los que ya han levantado la mano  manifestando su deseo de ser el candidato opositor aparecen tímidamente, dejando que Morena avasalle todos los días y machacando en la mentalidad de millones de mexicanos, que ya no hay ni porque luchar, porque ya está todo escrito y pactado. Me encantaría que el ciudadano común expresara su opinión sobre lo que está sucediendo ahora en la vida política nacional. Sobre todo en las urnas. Bueno, primero me gustaría saber a cuántos les interesa el tema. El hartazgo de los ciudadanos crece y como no van a estar hasta la coronilla del tema, si las corcholatas se ven en todas las redes sociales y espacios informativos sin el mayor rubor, violentando las leyes electorales de una u otra forma. Por ejemplo el coraje de la señora Claudia Sheinbaum que valiéndole completamente un pepino -ni siquiera midió consecuencias- le reclamó al gobernador Alfonso Durazo en pleno Consejo Nacional de Morena los gritos a favor de Marcelo y Monreal. Funesto presagio de lo que se nos vendrá incluso antes de si ella resulta ganadora. Dicen que la percepción es más importante que la realidad y si es así, pues estamos amolados. Lo que vale es el que pueda pensar la gente sobre el adormilamiento de una oposición que parece que no ha entendido que López Obrador inició desde el 16 de junio del 2021 la sucesión. Miles de bardas pintadas en toda la República; millones de pesos gastados en publicaciones, artículos de promoción, desplazamientos por todo el país, a lo que se debe sumar el  que todos los días la prensa nacional los anuncia cubriendo sus actividades. ¿Cómo abrir los ojos del electorado para quitarle esa percepción? La mayoría de la sociedad piensa que no hay nada que hacer ya, y que el próximo presidente está entre Claudia, Marcelo o Adán. Sin embargo, no es así si se considera que el triunfo de Delfina en el Edomex no fue lo contundente que López esperaba y por lo que al día siguiente las corcholatas fueron invitadas a retirarse del gabinete a más tardar en cuatro días. López es un experto en contiendas y no perdió tiempo. Aprovechando que él tiene sus propias formas, inician las precampañas para elegir al coordinador que protegerá a la 4t y con eso, le da un brinco a la ley electoral. Quiero ver al INE negándole el registro a la corcholata ganadora y al TRIFE avalándolos. No se ve que se levante de la lona nadie de los noqueados, nadie pone el orden en la alianza Va Por México. La verdad es que causan pena y vergüenza a la sociedad. Moreno (Alito, pues) y  Cortez no la conocen y no les interesa lo que la gente diga de ellos. Los suspirantes también están en la lenta y por ahí aparecen en alguna entrevista criticando al presidente, pero nadie sabe con exactitud lo que quiere decir un gobierno de coalición y cómo será el proceso para la selección de por lo menos tres candidatos finalistas que tendrán que hacer milagros y a toda velocidad recorrer medios de comunicación, las principales ciudades de la República y tratar –ya no digamos de convencer- al menos de darse a conocer ante el electorado. Si el próximo presidente logra tener el control absoluto o de mayoría simple en el Congreso, sería el fin de nuestro México, no habría marcha atrás. Si para seleccionar al candidato a la Presidencia se ven lentos, para determinar a los del Legislativo, será una pesadilla. Ya de las gubernaturas  y congresos locales, mejor ni hablamos.

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