Las Migajas del Poder: La parodia de la oposición

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Luis Sunderland Méndez
X@LouSunderland

12 julio de 2024

Muchos dicen que el triunfo de Claudia Sheinbaum fue como un misil que impactó debajo de la línea de flotación en el navío de la oposición, otros que el buque chocó con un iceberg, yo pienso que fue una combinación de los dos sucesos y que además el barco y la tripulación, no estaban preparados para semejante travesía.

Efectivamente el nacimiento de Xóchitl como figura de la oposición para la reciente campaña electoral fue espectacular. De pronto -casi de la noche a la mañana-, se fueron sumando miles de personas que vieron en ella una magnífica opción, una singular oportunidad, para derrotar al oficialismo y enderezar el rumbo que tomó México desde que Peña, con su gigantesca frivolidad, decidió tirar a la basura el haber recobrado para el PRI el poder federal.

Luego llegó López y pasó lo que muchos sabíamos que viviríamos con un sujeto así a la cabeza de los destinos de la nación. Un tipo sin preparación alguna, sin principios morales, con una incultura que lastima, con muchos problemas de personalidad, lleno de complejos y resentimientos contra todo y todos, que desde un principio, dio muestras de qué clase de pesadilla viviríamos durante sus seis años en el poder.

Pero ahora no quiero hablar del gobierno, creo que ya se ha dicho bastante, hablemos mejor de lo que nos duele -de nosotros-, los que nos hemos opuesto al gobierno de López y ahora al de Sheinbaum, somos la oposición. Esta es muy amplia, diversa, plural, habemos de todo, algunos pocos aman al PRI o al PAN, incluso al PRD, otros muchos los odian con todas sus fuerzas y los culpan de haber sido caldo de cultivo de la realidad que vivimos ahora.

No están muy alejados de la realidad, de los tres partidos, no se hace uno.

Durante la campaña de Xóchitl, cada uno atendió lo que le dio la gana y necesitaba, pero nunca cerraron filas con ella, a no ser que se necesitara la foto o alguna declaración. Pero mover las estructuras en torno a la candidata no se vio, ni siquiera el día de las elecciones en las casillas, en las que era necesaria la
presencia de representantes de los partidos y cuidar los votos.

Realmente desde el principio se empezó a ver que Xóchitl no podía con Alito Moreno ni con Marco Cortez, ellos estaban tejiendo lo que estamos viendo ahora, la red que seguramente les permitirá perpetuarse en las presidencias de lo que vaya quedando de sus partidos y no perder la oportunidad de seguir viviendo del presupuesto con la dieta de legisladores y de los que el INE les dé para terminar
de sepultar sus institutos políticos.

No quiero ser injusto con la señora Gálvez, porque al final de cuenta ella si le echó muchas ganas, pero nunca estuvo a la altura de apreciar en donde estaba metida.

Si la contienda hubiera sido para una presidencia municipal, posiblemente y dependiendo de donde, le hubiera alcanzado, pero para lo que estaba en juego, prácticamente era trepar una barda de frontón ayudado con las uñas.

Lo que me apena a mi es que fue tan grande mi anhelo de que consiguiera el triunfo, que reconozco mi error cuando llegue a decir que ella sí tendría posibilidades de ganarle a Claudia. Solo lo puedo explicar que me fui con la finta de pensar que los indecisos, estaban ocultando su intención de su voto y que este
sería para ella. No cabe duda, en cuando piensas que ya sabes de política, estas mintiendo o estas equivocado.

Así que amables lectores de las Migajas del poder, les ofrezco una disculpa. Sobrestimé y subestimé a millones de electores; a algunos que si salieron a votar por Claudia y a otros que ni se molestaron en salir de casa.

Si le sumamos las intromisiones del presidente en las mañaneras en las que apoyó a Claudia, la intromisión de los servidores de la nación, la presencia del crimen organizado, la paupérrima actuación de los árbitros electorales, que verdaderamente son de terror y que no auguran nada bueno para la conclusión del proceso y de la calificación, el resultado lo pone a uno a temblar.

Los dirigentes partidistas, en lugar de estar en encerronas con los candidatos triunfadores del Senado, acordando como solidificar la defensa para que la Reforma Judicial no pase, están luchando por perpetuarse en el hueso de un cadáver que ya está apestando terriblemente y que prefiere uno ni voltear a ver.

El ver a Alejandro Moreno, es inevitable pensar que lo único que pretende es vender los votos que le hacen falta a Morena, para que las reformas de López, pasen en septiembre.

El esfuerzo del grupo de Guadalupe Acosta Naranjo el sábado pasado estuvo muy por debajo de lo que uno pudiera querer para consolidar el proyecto de partido ciudadano que a ese paso, podría pasar todo el sexenio de Claudia Sheinbaum para que se pueda cristalizar. Ahora la prioridad de la sociedad civil debería de ser presionar a los partidos de oposición para que defiendan al Poder Judicial del embate de López, antes de que el dueño del PRI lo negocie y 3 senadores se Moretien.

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