¿Mafufadas?

Unos tienen la fama y otros cardan la lana
MPor Carlos Mota Galván
Alejandro Moreno, líder del PRI a nivel nacional, anunció que ante la inacción que han dado en la FGR (desde hace casi dos meses) a su denuncia contra Adán Augusto López Hernández, a quien acusan de presunta asociación delictuosa, el partido que representa decidió formalizar su advertencia de escalar la querella contra el senador morenista ante el FBI, la DEA y los departamentos de Justicia y del Tesoro norteamericano, por delitos perpetrados en ambos países.
La respuesta del multi cuestionado coordinador morenista en el senado, incluso, aunque subrepticiamente, por algunos de sus compañeros de partido, fue de: “yo no hago caso a mafufadas”, pero la verdad es que esta postura no es sino una pose, pues cada día parece ser que “la lumbre le llega más a los aparejos”, y su margen de negociación se reduce considerablemente. Se dice, cada vez con más insistencia, que su nombre encabeza la lista que Marco Rubio, entregó a la presidenta Sheinbaum, durante su reciente visita a nuestro país, de aquellos políticos sobre los que el gobierno trumpista ha puesto sus ojos por su posible involucramiento con el crimen organizado.
La propia presidenta mexicana ha salido a la defensa del también exgobernador tabasqueño y otras personas más, por lo que sabe implicaría para la 4t el no hacerlo, pero esta apuesta siempre estará sujeta a no hacer nada que desagrade al poderoso del norte, de ahí que la investigación contra el huachicoleo fiscal, el mayor escándalo de corrupción en la historia del país, siga adelante y los nexos de este personaje con los involucrados cada vez sean más difíciles de explicar.
El interés del gobierno norteamericano en el caso del huachicoleo fiscal no es gratuito, de hecho han implementado para combatirlo diversos operativos en su terreno como el “Top Fuel”, también conocido como Muerte Liquida, pues saben que este contrabando de hidrocarburos además de causarles pérdidas millonarias en impuestos y ganancias a sus empresas, son una fuente importante de recursos económicos para los cárteles de la droga, de ahí el que su interés por erradicarlo vaya de la mano con frenar el paso del fentanilo a su país.
Por ello, la exigencia norteamericana por ir hasta las últimas consecuencias en este cometido, a lo que se comprometió también públicamente la presidenta Sheinbaum, no es negociable y solo esperan que en el corto plazo los hechos caigan por su propio peso sobre los responsables. Si bien las investigaciones en México las lleva el Gabinete de Seguridad, la información otorgada por las agencias de inteligencia de Estados Unidos ha sido muy importante para poder configurar los delitos, pero de paso presiona e imposibilita al gobierno mexicano a no dar respuestas concretas.
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