“El maestro Ciruela, que no sabía leer y puso escuela”
Refrán castellano
Carlos Mota Galván @CarlosMotaG
El próximo lunes 28 de agosto inicia el ciclo escolar 2023-2024 y con él (salvo que ocurra un afortunado imprevisto) entrarán en vigor los nuevos libros de texto para la educación básica en el país. Libros por demás cuestionados por las abundantes imprecisiones que presentan, por haber sido elaborados sin ninguna estructura pedagógica, por la opacidad con que se conformaron y por no esperar a cambiar antes los planes de estudio ni capacitar a los docentes que ahora tendrán que improvisar sobre la marcha para cumplir con este capricho.
Aquí no se está buscando preparar a la niñez para un futuro cada vez más competido sino acondicionarlos a la propaganda ideológica de un gobierno que busca eliminar todo lo hecho hasta el momento para construir su perpetuidad en el poder, aún a costa de mantener la mediocridad y la pobreza. La SEP asegura que quienes estuvieron involucrados en su conceptualización fueron muchos especialistas de primer nivel, pero como reservaron la información por 5 años, nadie puede saber quiénes participaron, así, en lo oscurito, como lo hacen siempre cuando buscan postergar la participación de voces inconformes.
Cuando se empezó a mencionar cual era el contenido de estos libros de texto, la Unión Nacional de Padres de Familia se involucró en el asunto y tras comprobar dichas anomalías interpuso un amparo, mismo que fue concedido por un juzgado federal en mayo pasado para la suspensión de la elaboración y distribución de los multicitados textos, sin embargo, no se detuvo el proceso.
Andrés Manuel López Obrador, como ha sido ya una costumbre, desoyó dicha resolución y la descalificó argumentando que los libros ya estaban impresos y ni modo de desperdiciarlos, ¿verdad?, por lo que el juzgado tercero de distrito en materia administrativa dio un plazo de 24 horas a la SEP para que cumpla con la revisión y el rediseño de los textos, sin que ello tampoco se cumpla, la excusa: ¡La Secretaría no ha recibido notificación alguna en tal sentido! Por ello, la situación está prácticamente empantanada. ¿Nuevamente Andrés Manuel se saldrá con la suya y se pasará por el arco del triunfo las observaciones de un poder autónomo? Eso es lo que estamos por comprobar.
AMLO ha antepuesto buscar aumentar su ego y su visión transformadora, errónea por supuesto, al bienestar del pueblo a quienes dice servir, que importa si en lugar de las 220 páginas que los libros de texto recién jubilados dedicaban a las matemáticas, ahora sólo tenga 24, esas son suficientes, qué caray; qué importa si se difunde una imagen errónea del sistema solar o si en otra se confunde la ubicación de Querétaro con la de Guanajuato, u otros muchos errores más. Lo importante es difundir una lección para aprender a usar emojis o qué mejor, que en 2006 le robaron la Presidencia las fuerzas conservadoras pero que en 2018 la reconquistó y que a partir de este hecho México sí tiene “rumbo”.
La parte débil de AMLO en el terreno de las preferencias electorales se encuentra entre los jóvenes o la gente con grados mayores de educación, él mismo lo ha manifestado en el pasado, por ello tal parece que esta embestida contra la educación no es gratuita, si se quiere avanzar en la dependencia a sus programas sociales, este paso en la “transformación de la educación primaria” es el consecuente a sus proyectos.
La Presidencia de la República ya la obtuvo y la continuidad de su partido, piensa, está en marcha, ahora lo importante es asegurar su lugar en la historia como el reformador, un moderno Cid mexicano, que aun cuando llegue a desaparecer siga marcando el destino de muchos.
¡El narcisismo no conoce fronteras!
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