Removiendo escombros: ¡Cuidado, la fiera está herida!
“Cada ollero alaba su puchero”
Refrán popular
Carlos Mota Galván / @CarlosMotaG
Estamos a unos cuantos días de que inicie el mes de septiembre y con él la definición de los partidos políticos respecto a quienes serán sus candidatos a la Presidencia de la República; oficialmente, el proceso electoral 2024, arranca el mismo mes y en esta jornada conviene recordar: se elegirán nueve gubernaturas, el congreso federal, las cámaras locales de 31 entidades, las 16 alcaldías de la capital del país, miles de cargos municipales y locales y la joya de la corona: la elección de quien ocupará por los próximos 6 años, la silla presidencial.
Atrás quedarán todas las chapucerías que se hicieron para justificar las campañas de propaganda de las corcholatas y las acciones que en respuesta a este descaro decidieron emprender en el Frente Amplio por México, violando con ello también la Ley Electoral al realizar actos anticipados de campaña. No había de otra, dicen algunos.
La verdad es que la oposición actuó con poca o nula eficacia durante buena parte de esta administración dejando hacer a López Obrador cuanto le vino en gana, no fue sino su propio error y soberbia, que le cobraron la factura, haciéndole trastabillar y con ello empoderar a quienes veía por debajo del hombro y a quienes así mismo les dio vida.
Ahora las cosas pintan diferente, “el efecto de la ilusión de verdad”, que dicen los psicólogos se presenta cuando una mentira es repetida mil veces, y que es tan ocupada en esta administración, como lo marca la propaganda para dominar a las masas, cada día presenta más resquebrajamientos.
Las mentiras, el desgaste natural en el ocaso de su mandato, aunado a las pruebas de corrupción en que han caído muchos de sus cercanos y que han sido mostradas en diversos medios, han propiciado que densos nubarrones sean sus acompañantes sempiternos.
Sus corcholatas, sus cercanos, han llegado al tope de su crecimiento, lo que podían alcanzar con sus campañas disfrazadas ya lo hicieron, no hay lugar para más, en cambio sus contrarios, si bien están aún a la zaga, ellos apenas empiezan y las simpatías parecen crecer día a día. Quedan sólo dos en el Frente, por cierto, mujeres ambas, Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes, senadoras por el PAN y el PRI, respectivamente, cada una con una historia importante, congruentes, con experiencia, que buscan dar lo mejor para alcanzar su nominación.
Es Xóchitl quien mayor arrastre genera entre los que se niegan a participar en las elecciones, en tanto que Beatriz tiene un lastre muy fuerte que arrastrar y es su partido de origen, que, según el propio INE, recientemente tuvo una caída de 650 mil personas que prefirieron dejar de militar ahí.
Las dos candidatas, sin atacarse, cosa que AMLO desearía que sucediera con los suyos, participan en foros de análisis tundiendo a la presente administración, material no les falta, y mostrando trabajo de equipo pese a que “curiosamente” algunos reconocidos morenistas han estado publicando cosas a favor de Beatriz, metiendo la mano descaradamente a su favor, pues sienten que con ella sería más fácil conseguir mantener sus privilegios.
Por lo pronto Xóchitl Galvez, la “señora X “ como la bautizó López Obrador, sigue su camino atrayendo incluso la atención de la prensa y columnistas internacionales además de los simpatizantes conquistados en su tarea diaria por todo el territorio nacional. Un factor que convendría tener presente es el que han venido implementando en Morena para tratar de descarrilar a Xóchitl y que son las tres demandas penales interpuestas por presuntos delitos de lavado de dinero, evasión de impuestos y enriquecimiento ilícito que le achacan.
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