Removiendo escombros: Sin pies ni cabeza

“De que la perra es brava, hasta a los de casa muerde” Refrán popular

Carlos Mota Galván / @CarlosMotaG Durante la mayor parte del siglo XX existieron dos modelos de política exterior mexicana, la revolucionaria de 1933 a 1985 y otro más iniciado en 1986 de corte neoliberal, conformado en políticas desarrollistas de corte liberal acordes al nuevo orden internacional. Con la llegada de la 4T se esboza un nuevo modelo cuyo lema reza: “La mejor política exterior es la interior”, y que su principal preocupación afirman, es defender los derechos humanos e intereses de los mexicanos en el exterior, ocupándose de reposicionar constructivamente a México en el escenario mundial y regional. No es necesario ser ningún erudito para darnos cuenta de que, si ese es su propósito, han fracasado rotundamente en lograrlo, como inoperantes han sido sus propuestas por mejorar los niveles de vida para sus ciudadanos. Pero volviendo al punto central, esta administración esta obstinada en ubicarse del lado contrario a los valores universales más elementales. Y esas “brillantes” ideas han permitido que nuestro país deje de tener un lugar preponderante entre los países de su área circundante y ceda el paso a Brasil, quien ahora ocupa dicha posición Ponerse del lado de Rusia en la invasión y el genocidio que lleva a cabo contra Ucrania fue su primer error, intentar boicotear la cumbre de las Américas por defender a tres dictadores otro, traicionar la razón de ser de la Alianza del Pacífico, al negar la entrega de su presidencia a Perú por intentar defender al mandatario depuesto Pedro Castillo fue uno más y ahora justificar, aún sin decirlo, la agresión del grupo terrorista Hamas a ciudadanos israelíes, pareciera ser la cereza en el pastel de aquel que se está indigestando por tratar de engullir un producto elaborado con el rencor y el odio de un grupo cuyo único objetivo es desestabilizar lo que encuentran a su paso. Respecto a los mexicanos que pedían salir de Israel por la situación tan grave que padecían y que por cierto ya repatriaron a los primeros 150, tuvieron que esperar varios días para que fueran por ellos contrastando enormemente con lo ejecutado a favor de su amigo Evo Morales en el pasado que más tardó en pedirlo que en mandar inmediatamente por él. México ha dejado de lado la razón en el contexto mundial por adherirse a una gavilla que pretende instaurar por la fuerza su poder hegemónico, sin duda ello no augura buenos resultados en lo futuro pero el empecinamiento está a todo lo que da. ¿Seremos capaces de enmendar el camino? El tiempo lo dirá.