Para el mandilón, agradar siempre es su mayor anhelo y desarrolló un terrible miedo al rechazo y al desamor; su día a día se desarrollaba entre la angustia-miedo y la depresión-tristeza.

Alma R. Bernal Trujillo / @AlmaBer03976513

Cuando el mandilón nació, no fue grato para los padres; hubieran preferido que nunca hubiera nacido o en el mejor de los casos que fuera una mujer. Desde muy pequeño supo que su vida sería muy difícil ya que posiblemente sus padres lo hubieran dejado en un internado o al cuidado de sus abuelos o de alguna tía solterona pues en la casa “somos muchos”, o “somos pobres”; y en el caso de tener suerte, vivió en casa de su padre con la educación de las empleadas domésticas quienes se convertirían en sus mejores amigas o de su hermana mayor. Nunca supo lo que significaba una madre cariñosa que lo consintiera o pasara una tarde con él jugando o haciendo la tarea, pero tampoco tuvo apoyo por parte de su padre, dando por hecho que tendría un padre ausente, rígido y muy estricto. De adolescente se refugió en los estudios, sacando las mejores calificaciones, pero sin ningún tipo de reconocimiento ya que “era su obligación”. Siempre obedeció sin mayor contradicción los mandatos de sus padres, maestros, y amigos; dejando a un lado su propia opinión sobre las cosas, así como sus gustos y sus aspiraciones. Agradar siempre es su mayor anhelo y desarrolló un terrible miedo al rechazo y al desamor; su día a día se desarrollaba entre la angustia-miedo y la depresión-tristeza. Se convirtió en un hombre al extremo sensible y, como su madre no lo atendía ni en lo más mínimo, aprendió todo lo referente al hogar, que en un principio fue por necesidad y posteriormente le fue tomando gusto. A diferencia de todas las actividades que han sido marcadas tradicionalmente para el género masculino es muy aficionado a toda la cultura y el arte. Su modo de vida era el sufrimiento y las lágrimas, pero no a escondidas, ya que gozaba con el hecho que el mundo lo viera sufrir: si en la vida no le pasaba algo trágico, se lo inventaba. De niño decía las mentiras más increíbles y de adulto hacía ver a su familia como la mejor, llena de virtudes y carente de defectos; además inventa una vez a la semana un drama terrible. La vida para él es agria y difícil, porque tiene cualquier situación tiene demasiadas complicaciones. Debido a su exagerada actitud moralizante, tuvo un desarrollo heterosexual normal y siempre vio a las mujeres como buenas amigas, lo que posiblemente pudiera ser un homosexual reprimido. Cuando llegó a la edad adulta, siempre se preocupó por estar perfectamente arreglado y a la moda. Era pulcro, muy educado y refinado en su trato; además jamás dijo una “mala palabra”, pero los chistes se volvieron su pasatiempo favorito. Es chismoso y exageradamente criticón, además de “venenoso”. Mete cizaña entre los compañeros de trabajo, delata a sus amigos y a sus hijos, les habla mal de su madre y a la inversa. Es morboso y tiene pensamientos intrínsecamente negros ya que puede llegar a creer que su hija es prostituta y cuando esta no llega a tiempo de una fiesta, goza pensando en lo que estará haciendo. Sus amigos y superiores lo “explotan”, le pedían dinero prestado que nunca le pagaban, le quitaban el coche, la ropa, los trabajos y hasta las novias, y esto es lógico, ya que nadie le enseñó a defenderse, a luchar por sus intereses, ni siquiera a enojarse.

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