Por Daniel Lee Vargas

Por más que el gobierno mexicano haya prometido una “bienvenida digna” a sus ciudadanos deportados, la realidad en tierra es otra: una política migratoria estadounidense cada vez más agresiva ha desmantelado, pieza por pieza, la estrategia de reintegración mexicana. Lo que debía ser un puente hacia nuevas oportunidades se ha convertido en un laberinto sin salida.

Así es estimado lector, el programa «México te abraza», presentado con bombo y platillo al inicio del nuevo mandato de Donald Trump, buscaba ofrecer empleo, apoyos económicos y seguridad social a los deportados que llegaran a la capital mexicana. Incluso se acondicionaron espacios en el AIFA para recibir vuelos y realizar ferias laborales. Pero esos aviones nunca llegaron. Washington cambió las reglas del juego y comenzó a deportar a los migrantes a aeropuertos del sur, como Tapachula y Villahermosa, abandonándolos a su suerte en los estados más pobres del país y dejando intactas las sillas y mesas compradas para ellos en Ciudad de México.

El gobierno mexicano quedó atrapado en un brutal desajuste logístico que no solo exhibe su improvisación, sino su incapacidad para reaccionar ante la sistemática estrategia de disuasión del gobierno estadounidense.

El mensaje de Trump ha sido claro: dificultar a toda costa el regreso de los migrantes a la frontera. Los vuelos al sur no son una casualidad ni una medida humanitaria; son un castigo geográfico diseñado para romper los ciclos migratorios y obligar a los repatriados a iniciar de cero en territorios marginados, alejados de sus redes familiares y de cualquier posibilidad real de empleo.

Washington lo sabe y México parece haberlo aceptado con resignación. La Secretaría de Gobernación y la propia Presidencia han guardado silencio ante la pregunta clave: ¿fueron siquiera consultados sobre los nuevos puntos de arribo? Todo apunta a que no. Y aunque el gobierno conoce los itinerarios de los vuelos, no ha logrado ajustar su respuesta institucional.

A pesar de las alianzas con grandes empresas y la oferta de 70 mil empleos, solo el 4% de los casi 56 mil mexicanos deportados desde enero han conseguido trabajo. La mayoría quedó atrapada entre la falta de información, la escasez de recursos para desplazarse y la ausencia de ferias laborales en los puntos de llegada. Chiapas y Tabasco, los estados receptores, apenas ofrecen un puñado de vacantes frente a las miles concentradas en el norte y centro del país.

Para muchos deportados, volver a casa implica recorrer miles de kilómetros sin dinero, sin apoyo logístico y con la carga adicional de enfrentar discriminación, estigmas y, en muchos casos, barreras lingüísticas si pertenecen a comunidades indígenas.

La precariedad empuja a muchos de estos mexicanos a buscar nuevamente el camino hacia Estados Unidos, a pesar de las crecientes restricciones y la militarización de la frontera. Como bien señala Fabiola Mancilla, directora de PUCOMIT, «la gente no va a dejar de migrar jamás». Algunos optarán por la migración interna a los campos agrícolas del norte; otros, por retar una vez más las murallas del sur de Estados Unidos.

El gobierno mexicano ha fallado en ofrecer una alternativa viable. La descoordinación, la falta de infraestructura en el sur y el enfoque centralista de las políticas públicas condenan a los repatriados a un círculo vicioso de marginación y movilidad forzada.

El caso más emblemático es el del AIFA: un hangar vacío que hoy se usa como almacén de carga mientras miles de mexicanos deportados llegan a aeropuertos donde no los espera nadie. Es un símbolo doloroso del desfase entre el discurso político y la realidad en las pistas de aterrizaje del sur.

Mientras tanto, la maquinaria de deportación estadounidense sigue funcionando con precisión quirúrgica, y México, lejos de plantar cara, parece más dispuesto a adaptarse a las condiciones impuestas desde Washington que a defender a sus ciudadanos.

En esta nueva etapa, el problema no es solo que Estados Unidos expulse a los migrantes, sino que México no sabe, no puede o no quiere recibirlos.

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