La seguridad pública es un fin esencial de todo Estado nacional y será un tema recurrente en los tiempos por venir. Revaloremos a quienes trabajan en favor de la sociedad en esta labor que se convirtió en una actividad de alto riesgo, aseguró Ricardo Monreal.

La delincuencia organizada se ha convertido en un elefante en nuestra sala, y es imposible invisibilizarlo u ocultarlo; así debemos asumirlo y enfrentarlo, consideró en un artículo publicado en redes sociales.

Expuso que el ataque directo a funcionarios responsables de la seguridad y la justicia es un límite infranqueable, irreductible y no tolerable en cualquier Estado de derecho que se precie de ser democrático.

Monreal Ávila dijo que si estos funcionarios llegasen a fallar (por corrupción, colusión o abuso), su eliminación artera es una frontera límite.

“Hablo de policías, fiscales y jueces, mujeres y hombres, en todos los órdenes y niveles de gobierno. No es solamente la persona del funcionario lo que se vulnera, sino la función que representa. Por ello, un atentado de este tipo se castiga con las penas máximas en cualquier país”, agregó.

Refirió que es el caso del delegado de la Fiscalía General de la República en Guerrero, Fernando García Fernández, quien fue arteramente asesinado por un comando de sicarios cuando se dirigía a su oficina el pasado 12 de septiembre, en Chilpancingo, capital del estado.

García Fernández se desempeñó como subdelegado en Aguascalientes y Morelos, y como coordinador de las unidades especializadas en terrorismo y en secuestro de la SIEDO, en la misma Fiscalía, recordó el zacatecano.

Mencionó que esta ejecución estuvo antecedida por otros 16 atentados fatales en contra de mandos y agentes de órganos y dependencias de seguridad y procuración de justicia en el mismo estado, durante el último semestre.

Respecto a atentados letales de alto impacto en los años recientes, está tristemente el del general José Silvestre Urzúa Padilla, comandante de la Guardia Nacional en Pinos, Zacatecas, y el del juez federal Uriel Villegas Ortiz y su esposa, en Colima, apuntó.

El senador con licencia llamó a hacer votos para que el alto perfil de campañas negativas, que seguramente tendrá el proceso electoral en curso, no traspase la frontera entre la virulencia política verbal y la violencia física.

Que tanto los partidos como las y los candidatos tengan la civilidad de medir las consecuencias inesperadas de sus campañas negativas; la sabiduría para distinguir entre la libertad de expresión y el instinto a la agresión; entre civilidad y barbarie… Sobre todo, cuando el crimen organizado busca la ventana rota de las campañas electorales para infiltrarlas y dominarlas, indicó.

Pero también hagamos votos, concluyó Ricardo Monreal, para que las familias de todas y todos los agentes de seguridad y procuración de justicia caídos en el cumplimiento de su deber en todos estos años de guerra no convencional encuentren justicia y paz interior.

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