Luis Sunderland Méndez
9prensahoy@gmail.com
X@LouSunderland

07 de marzo de 2025

El día de ayer nos enteramos que Trump acordó con Sheinbaum una nueva pausa
para la instauración de los aranceles a las importaciones, provenientes de México
incluidas en el T-Mec, y será hasta el 2 de abril e, incluso, él manifestó su respeto
a Sheinbaum.

La verdad es que ella por lo menos ha sabido callar y no discutir frente a los micrófonos en su mañanera, y le ha respondido con incautaciones de fentanilo, destrucción de “cocinas” de los cárteles, entregándole a capos importantes y disminuyendo los cruces ilegales en la frontera.

Esto no solo nos da algo de oxígeno, sino oportunidad para que la presidente rompa el pacto de sumisión que tiene con López y realice más acciones que le demuestren a Trump que ahora sí dejamos atrás la política de abrazos y no balazos. No solo tendrá que redoblar su estrategia contra el crimen organizado, sino que debe ir contra los ya muy señalados narcopolíticos que están en funciones y que son a los que quieren las cortes estadounidenses darles hospedaje.

La presidente Sheinbaum ha dado solo los primeros pasos para contener la andanada del cada día más desquiciado gobierno norteamericano, pero en mucho se parece a Trump que en el Capitolio realizó su propio plantón dirigido a su clientela: aquí, ella, a la hora de invitar a la oposición local al plantón -arcaico y populista-, el domingo 9 en el Zócalo, les señala que se necesita unidad nacional entre todos por el amor a México y por la soberanía que quién sabe a qué se refiere, porque vemos que nuestro país no tiene capacidad de mantener en custodia a los principales capos y los tiene que entregar a Norteamérica.

La respuesta de las bancadas de oposición local es de rechazo enérgico a las acciones de Trump, no están de acuerdo con los aranceles ni con ningún tipo de medida que atente contra nuestra soberanía; pero eso de que se llame al plantón y, sobre todo, de la manera que Sheinbaum lo hace, retándolos y diciendo mentiras sobre que ellos apoyan las necedades de Trump, son cosas distintas.

Además, señora presidente, usted los ha ignorado por completo siempre, como lo
hizo su jefe en el sexenio pasado, provocando que los legisladores oficialistas denostaran y avasallaran, y ahora que le da la gana decir, “que venga también la oposición”.

¿Deveras cree que ahí estarán ellos para la foto?, las agrupaciones empresariales y los gobernadores no tienen margen a su favor, tienen que ir a su inútil plantón partidista o afrontarían las consecuencias.

Así que, a las imposiciones populistas de derecha, ahí va una respuesta populista de izquierda; en lugar de reunir a los que sí saben cómo salir de este atolladero, escuchar a todos: cabildear con gobernadores, legisladores e inversionistas norteamericanos que no apoyan las órdenes ejecutivas de Trump, y lograr unir los intereses en forma congruente, inteligente y asertiva para la defensa contra lo que dañará gravemente la economía de los tres países, si sigue adelante.

Ese plantón del domingo podría tener un costo muy alto si Trump se siente atacado en algo, él es un ególatra perdido que muy fácilmente cambia de parecer.

No solo hay que tener la cabeza fría, hay que saberla usar y nunca subirse al ring si él es el oponente.

Ya vimos lo que le pasó a Volodimir Zelenski en el despecha Oval, por no mantener la boca cerrada y valorar en su real dimensión lo que ya había logrado de Trump al principio de esa reunión que, por cierto, era exclusivamente para firmar un acuerdo de inversión estadounidense para la explotación de los llamados “minerales raros”, y malamente utilizó el momento para hablar del tema de la agresión rusa y no cuidó las formas, destruyendo el fondo. Él ya había logrado implícitamente la protección de Estados Unidos, al tenerlo entre los ucranianos y la frontera con Rusia. Lo que es no escuchar o no entender lo que decía Trump sobre la negociación con Putin y Zelenski.

No solo Trump tiene la piel muy delgada, sino el vicepresidente D.J. Vance que dice que sus tropas no entrarán a México, pero en un momento a otro cambia de discurso y deciden hacerlo. Ellos son los reales oposicionistas al gobierno de la 4t, Sheinbaum debe cuidar con esmero su discurso el domingo, o simplemente el lunes siguiente amanecemos con una decisión funesta tomada por el señor del real poder, el del copete rojizo.

La presidente no está leyendo correctamente quién es y cómo es Donald Trump, sigue pensando que gracias a su cabeza fría saldrá del atolladero, pero su populismo y lo peor, su gente, no saben que no saben, y pueden descarrilar la máquina, sin darse cuenta de que no se debe a su encanto.

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