Por Arturo Zárate Vite

¿Qué opinión tiene del caso “Huachicoleo Fiscal?, pregunté a un oficial integrante de las fuerzas armadas, que por obvias razones se reservó su nombre.

Miren lo que respondió:

“Tanto en la milicia como en la Marina, nada puede pasar sin el conocimiento o consentimiento de tus superiores. Nadie puede andar “por la libre”. En las dos instituciones existen correctivos disciplinarios para actuar si se percatan de algo indebido y, si es algún delito, existe el código de justicia militar para enjuiciar a sus elementos y ponerles un alto”.

Hasta ahí dejó su comentario, sin hacer suposiciones ni adelantar juicios, sin señalar a nadie.

Mal haría porque si bien es militar, no tendría los elementos y pruebas para llegar a una conclusión.

El asunto exige eficiencia de las autoridades para dar con los responsables y ética de medios para no prejuzgar y difamar a gente inocente. Lo peor es generalizar. Ninguna institución es perfecta, siempre hay quien se equivoca o actúa con dolo.
Para eso están las normas disciplinarias y el código de justicia militar, para proceder contra infractores.

¿Y el comandante supremo de las fuerzas armadas está enterado de todo?

Si fuera Dios habría que responder afirmativamente. Es un ser humano como todos los que están en su entorno, así que no faltaría quien deje de hacer lo correcto y no entere al superior lo sucedido.
Hay la obligación de enterar al jefe, de lo que sea.

En el sexenio de José López Portillo era público y notorio el afecto del mandatario por algunas de sus colaboradoras y el distanciamiento que tenía con quien era la primera dama.

Dicho distanciamiento no evitaba ni impedía que el presidente conociera las actividades de su pareja.

Enteraban al presidente hasta de con quien se iba a cenar la que oficialmente era su cónyuge.

¿Las fuentes confiables son confiables?

Recurso muy utilizado por quienes trabajan en algún medio son las llamadas “fuentes confiables o fuentes del gobierno” que nunca son identificadas y se da por cierta su información.

En infinidad de ocasiones esas “fuentes confiables” han fallado y cuando se equivocan quedan en la impunidad. Nadie las sienta en el banquillo de los acusados, sin importar el tamaño de la mentira. Quedan ocultas bajo el manto del anonimato.

El colmo es que quien les creyó se atreve a defenderlas diciendo que “mis fuentes reiteran lo que aquí hemos informado”.
Rarísima vez se disculpa el comunicador y su medio mucho menos. Nadie pregona o reconoce: “me fallaron las fuentes confiables”.

La información falsa hace daño. Es una de las razones por las que se ha acentuado la falta de credibilidad en medios. Lo más grave es que una falsa información puede tener consecuencias fatales. Lo registra la historia en distintas naciones. Por eso la importancia de que los medios y periodistas corroboren la información.

¿Se acuerdan del rancho de Jalisco que muchos medios describieron como un lugar de exterminio, al estilo nazi?
¿Alguien se disculpó por el bulo?

Nadie.

Tampoco nadie salió a disculparse cuando se dio por hecho que ministros y ministras de la Corte, la noche que rindieron protesta en el Senado, fueron a celebrar y cenar al restaurante francés Au Pie de Cochon. Una mentira más de la que nadie se hizo responsable. Falló la “fuente confiable” que pasó la información, quizás solo con el fin de difamar a juzgadores.
En el caso del “huachicoleo fiscal” lo ético y más sano es verificar la información.

X y TikTok: @zarateaz1

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