Mañoño

Se moría de frío y trataba de encontrar la solución. Se estremecía. Vivía su propio invierno.
Se sacudía. Trataba de entrar en calor. Estaba aterido.
Pero dentro de todo su problema, creía entender su momento: se sabía necesitado de abrigo y consuelo; quería ser apapachado; deseaba brazos que lo abrazaran.
No sé acordó, esa noche, ponerse la colcha al dormir.

Facebook Comments

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: