María Esther Beltrán Martínez          Fotos Daniel Pérez

 

Málaga, España. –  Poder ofrecer oportunidades a las nuevas generaciones es un trabajo certero y que sin duda pone en claro el talento que existe. Y como ejemplo esta Ópera Estudio de Málaga que pone en el escenario a Carlos Álvarez y doce jóvenes solistas que subieron por primera vez y presentaron El gitano por amor, obra que el tenor, compositor, productor y maestro de canto sevillano Manuel García compuso hace casi dos siglos y que aún no había sido estrenada.

 En la 36 Temporada Lírica se cumple el doble propósito de Ópera Estudio de Málaga (ÓEM): rescatar patrimonio operístico y contribuir a la formación artística y profesional de las nuevas hornadas de cantantes líricos.

Y vaya que se demostró el talento que hay. Los tenores Carlos Álvarez, Elías Torricelli, José Ángel Florido y Alejandro Aparicio, las sopranos Suzana Nadejde, Marianna Martirosyan, Aurora Galán y Lucía García Guerrero, las mezzosopranos Begoña Gómez y Ana Molina García y los barítonos Javier Povedano, Julio Nomdedeu y Francisco Bermudo recibieron una muy buena ovación del público.

Carlos Aragón, director musical ante tal reto expresó: “una sucesión de arias, duetos, tríos y concertantes realmente apabullantes”, una partitura escrita con un “estilo compositivo fresco y brillante”, lleno de ecos belcantistas y que demuestra que García “estaba al corriente de todas las tendencias compositivas de su tiempo”. Por el talento que presentó se merece una mención muy especial.

Qué importante es poder estrenar obras en la ópera, un género que es tan completo, pero a la vez tan complicado de montar.

Sobre la obra. Es el último trabajo de Manuel García, compositor sevillano, y afanado cantante. Artista internacionalmente conocido en su época, no solo tuvo grandísimo éxito como intérprete, siendo el predilecto del mismísimo Gioacchino Rossini, sino también como compositor de excelentes óperas de gran calidad y virtuosismo interpretativo, explica Carlos Aragón, director musical en el programa de mano.

“En esta ocasión queremos mostrar su última gran obra, la cual no ha sido ni editada oficialmente ni estrenada en ningún teatro del mundo. El manuscrito que se encuentra en la Biblioteca Nacional de París nos muestra una obra de gran fuerza articulada en dos actos con una sucesión de arias, duetos, tríos y concertantes realmente apabullantes. Siendo prácticamente su última gran obra (la escribe en el trayecto en barco de Veracruz a Cádiz después de una gira por México) nos muestra una obra de madurez y nos sorprende con un estilo compositivo fresco y brillante que nos evidencia que nuestro querido maestro García estaba al corriente de todas las tendencias compositivas de su tiempo, sin olvidar un escrupuloso estilo belcantista al más puro estilo “rossiniano” o incluso “mozartiano”, pero conociendo bien las nuevas técnicas de la grand opéra francesa que nos pueda recordar a Meyerbeer. Y todo ello combinado con al aire más típicamente andaluz de tonadillas, aires y seguidillas que le confieren un sello típicamente “hispano”.

El escenario:  Desde el inicio presentan una cortina roja, que al principio me gusto, pero después era molesta para la vista. El excesivo color rojo que imperó en el montaje en algunas ocasiones no dejó lucir a los cantantes que se perdían. Un panel de flores ocupa el primer acto muy saturado y en el segundo acto se juega con varias filas de sillas en blanco, que no viste la escena sino deja confusión.El  final para mostrar que todo es perfecto los cantantes se colocan en unos marcos floridos y lucen unos corazones de papel.

En concreto se puede decir que el trabajo realizado y el propósito es muy bueno y de felicitación. Siempre habrá detalles que ajustar, pero sin duda alguna el talento musical y vocal tiene un punto y aparte y demuestran que hay mucho talento que en próximos años ocuparan lugares privilegiados en la cartelera operística nacional e internacional.

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